La Mancha Rural

 
   
   
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La provincia de Ciudad Real tiene unos valores naturales en gran medida desconocidos por estar asociada su imagen a la de la comarca natural de La Mancha: horizontalidad, aridez, cultivos agrícolas...
 

No obstante, en los casi 20.000 kms 2 que ocupa, la tercera provincia en extensión , posee una clara diferenciación entre el Este, más conocido y estereotipado, y el Oeste, casi desconocido, más abrupto y sobre todo más inaccesible. En ambos, el viajero puede descubrir infinidad de sensaciones al recorrer sus variados paisajes y sus ricos ecosistemas que ocultan una riqueza inigualable, tanto natural como histórico-artística.

Es obligatorio disfrutar de la horizontalidad de La Mancha, de los relieves tabulares del Campo de Montiel -especialmente en Medina, Cózar y Villanueva de los Infantes-, o de la sucesión de macizos, de surcos y valles de la mitad oeste -desde los Montes de Toledo en el Norte hasta el Valle de Alcudia, Sierra Madrona y Sierra Morena en el Sur pasando por los Montes de Ciudad Real-.

En toda la provincia -salvo en La Mancha y el Campo de Montiel, que han sido cultivados por presentar mejores aptitudes para ello- predomina una vegetación natural en la que la encina es la reina de un variado cortejo florístico donde coexisten vegetación riparia -del tipo de los alisos, abedules, fresnos- y algunos representantes de ámbitos mucho más húmedos.

Se puede destacar la acumulación de espacios protegidos, siendo la única provincia que cuenta con dos Parque Nacionales -Cabañeros y Las Tablas de Daimiel-, el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, la Reserva Natural del complejo lagunar de Alcázar de San Juan, diversos Monumentos Naturales que protegen geoformas volcánicas.